Galicia

Una sucesión de batallas a cara de perro en las que lo importante es el resultado. Así van a ser las siete finales que le quedan al CD Lugo hasta la jornada 42 y así fue el duelo del Anxo Carro. Lo negativo para los intereses albivermellos fue que el resultado cayó del  lado del equipo visitante. En un partido en el que los de Monteagudo merecieron, al menos,el empate el oficio del Granada decidió el resultado final.

El Lugo arrancaba el duelo frente a uno de los candidatos al ascenso con la misma cara de las últimas semanas: mordía arriba, buscaba la velocidad de sus hombres avanzados y daba sensación de peligro. Fueron unos primeros minutos de sometimiento local en el que la ocasión más clara fue un disparo desde la frontal de Aburjania que se perdió arriba del marco de Rui Silva.

El Granada supo quitarse el dominio de encima con un tiro a bocajarro de Puertas que Juan Carlos sacó con el pie. Fue el preludio al primer aguijonazo de los nazaríes. En una falta lejana Vadillo golpeaba con violencia al balón que se colaba pegado al poste derecho de Juan Carlos. Con poco, el Granada tomaba ventaja en el partido e imponía su idea hasta el final del primer periodo. Los albivermellos se iban a los vestuarios con un objetivo: volver a cambiar la dinámica del juego hacia sus intereses.

Los de Monteagudo regresaron al terreno de juego imprimiendo de nuevo ese fútbol de oleadas, como lo definió Diego Martinez tras el encuentro, pero no lograban convertir esos arrebatos en ocasiones. Los granadinos supieron jugar en ese momento al otro fútbol, parando el partido y buscando rebajar el empuje emocional de los locales. Los balones a la espalda de la defensa fueron el arma de los andaluces, que fueron capaces de agrandar la herida cuando más sufrían. Ramos anotaba de penalti y colocaba un 0-2 preocupante para los intereses de la parroquia del Anxo Carro.

Ese Lugo que empujaba desde las entrañas lograba acortar distancias por medio de Cristian Herrera apenas un par de minutos después. Restaban 15 minutos para partirse la cara por la remontada. El grancanario tuvo el empate en la siguiente jugada, pero el balón se le quedó atrás cuando tenía todo para rematar un centro raso de Gerard Valentín. 

Lo intentaron hasta el pitido final los albivermellos pero el Granada supo contener las acometidas y enfriar el partido hasta asegurar un botín de gran valor en su lucha por el ascenso. El CD Lugo se quedó sin premio y deberá seguir apretando los dientes para llevar a buen puerto el objetivo de la salvación.