Siguiendo la política europea de sostenibilidad, quedan tan solo 10 meses para que todas las ciudades de más de 50.000 habitantes deberán contar con zonas de bajas emisiones. Eso significa que las ciudades deben de dotarse con ZONAS FÍSICAS sujetas a ciertas limitaciones de tráfico y aparcamiento.
Sin embargo, el ayuntamiento coruñés, al que van a ser destinados casi 11 millones de euros, no dedicará ese dinero al
establecimiento de una ZBE, sino a otras medidas más o menos discutibles que dependen directamente del Área de Movilidad del concejal Villoslada.
La ciudad de Lugo sí ha optado por invertir los fondos asignados en una ZBE, ciñéndose al objetivo de los fondos del MITMA.
A fecha de hoy, se ignora si la concejalía de Medio Ambiente (la actividad cuya titular es completamente desconocida) optará a gestionar algunas migajas de la tarta de Villoslada. La dejación de funciones de la Sra. Esther Fontán roza lo escandaloso y debería considerarse la supresión de un departamente inútil o dar paso a un concejal más idóneo.
ARCO IRIS propuso hace meses la instalación de una zona similar en el Distrito de Cuatro Caminos, al ser uno de los que soportan mayor tráfico privado y público, al ser paso obligado de casi todos los autobuses comarcales, que transitan vacíos la mayor parte del día y generan colapsos y atascos.
Por todo ello, ARCO IRIS ha propuesto a un grupo de expertos en movilidad vinculados a la UDC la elaboración de un documento píloto que refrende técnicamente una propuesta más necesaria que nunca.