Bicentenario de la división provincial del Reino de Galicia.

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COLUMNA | 30 Enero 2022 | 5313 votos | Correo electrónico | Imprimir

mapa de pontevedra dedicado a justo pelayo cuestaCaptura; Galicia en el siglo XVIII según el Conde de Fernán Núñez.

Con la proclamación de la Segunda República se inició el camino hacia el pleno reconocimiento histórico de Galicia que terminaría, tras el denominado Bienio Negro, con el referéndum celebrado el 28 de junio de 1936 en el que se aprobó el Estatuto de Autonomía de Galicia con una amplísima mayoría, el Estatuto no se pudo poner en práctica al producirse el golpe de Estado el 18 de julio siguiente.

 

Bicentenario de la división provincial por Julio Fernández-Sanguino Fernández

El 27 de enero de 1822 las Cortes aprobaron un Decreto con la división del territorio español en provincias, fijando igualmente los límites de cada una de ellas. El artículo 11 de la Constitución de 1812 había dispuesto que se hiciese una división más conveniente a la existente por entonces; sin embargo, no se pudo realizar durante la contienda contra las tropas napoleónicas y ni tras la llegada del absolutismo con Fernando VII, pudiéndose abordar en la nueva etapa constitucional del Trienio Liberal. 

En aquellos momentos, el destacado impresor Miguel de Burgos editó el Repertorio general de noticias políticas, civiles, económicas y estadísticas de Europa, y mas particularmente de España para el año 1822 en el que se detallaban las provincias en las que se había dividido la Monarquía, en la terminología de la época, y se citaban sus principales ciudades.

250px GaliceCharlesVEl antiguo Reino de Galicia, que tenía la consideración de una sola provincia en el siglo XVIII, quedó configurado en cuatro provincias: Lugo, Orense, Vigo y Coruña, donde estaba la residencia de la audiencia territorial de Galicia; pues, a pesar de la división provincial, la referencia a Galicia seguiría presente en las reseñas sobre el comercio, costas, cuestiones militares o correos.

La división provincial mencionada se suprimió en 1823 con la implantación de otro periodo absolutista, pudiéndose abordar nuevamente tras fallecer Fernando VII. Mediante un Real Decreto, que publicó la Gaceta de Madrid el 3 de diciembre de 1833, se dividió el territorio español en 49 provincias integradas en regiones, correspondiendo a la de Galicia las anteriormente mencionadas con la excepción de la de Pontevedra, cuya ciudad asumió la capitalidad de la provincia en detrimento de Vigo.

En el siglo siguiente, con la proclamación de la Segunda República se inició el camino hacia el pleno reconocimiento histórico de Galicia que terminaría, tras el denominado Bienio Negro, con el referéndum celebrado el 28 de junio de 1936 en el que se aprobó el Estatuto de Autonomía de Galicia con una amplísima mayoría. Este suceso despertó vivo interés con innumerables actos de apoyo, tanto en Galicia como en otras ciudades españolas.

Sin embargo, el Estatuto no se pudo poner en práctica al producirse el golpe de Estado el 18 de julio siguiente. Durante la nueva etapa dictatorial se mantuvo la división anteriormente existente por regiones. Una vez recuperada la democracia en nuestro país, se pudo aprobar el 6 de abril de 1981 el actual Estatuto de Autonomía de Galicia, por el que se la reconoce como nacionalidad histórica dentro del Estado español.

Lo expuesto es una muestra de los comportamientos retrógrados de los gobiernos absolutistas del siglo XIX, que no asumieron la tan necesaria reforma de un territorio más propio de un estado medieval. El Reino de Galicia había estado dividido en siete zonas o provincias: Santiago, Betanzos, Mondoñedo, Tuy, Lugo, Orense y La Coruña, motivo por el que su escudo contuviese siete cruces, que se siguen manteniendo a pesar de los cambios históricos, con referencias a las dependencias eclesiásticas, que hacían que, por ejemplo, Viveiro fuese citado como perteneciente al Obispado de Mondoñedo.

Por último, cabe señalar que, a las críticas en el siglo XIX a las reformas territoriales emprendidas, hay sumar las habidas en el periodo constitucional actual con respecto al estado de las autonomías. Sin embargo, peor maltratada y olvidada ha sido la primera reforma territorial llevada a cabo en nuestro país impulsada por el gobierno de José Napoleón. Mediante el Decreto de 17 de abril de 1810 se dividió a España para su gobierno civil en treinta y ocho prefecturas, divididas en subprefecturas. Galicia mantuvo su peculiaridad al figurar: La Coruña (La Coruña, Santiago y Corcubión), Orense (Orense Monterei y Monforte), Lugo (Lugo, Mondoñedo y Viveiro) y Vigo (Vigo, Pontevedra y Tui).

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