Los datos del Ministerio de Agricultura no dejan lugar a dudas. Con un escuálido 15%, Galicia ocupa el vagón de cola en el tren de la protección forestal a nivel estatal. Esta triste realidad expone de manera manifiesta la devastadora realidad de una gestión forestal insostenible a lo largo de los últimos lustros, cuyos resultados se ponen ahora de manifiesto de forma dramática. Será imposible que, en los próximos años, nos pongamos a la altura de la comunidad que nos precede, porque las cosas llevan tiempo y necesitan voluntad política, que ahora no existe.Los datos del Ministerio de Agricultura no dejan lugar a dudas. Con un escuálido 15%, Galicia ocupa el vagón de cola en el tren de la protección forestal a nivel estatal.
Esta triste realidad expone de manera manifiesta la devastadora realidad de una gestión forestal insostenible a lo largo de los últimos lustros, cuyos resultados se ponen ahora de manifiesto de forma dramática. Será imposible que, en los próximos años, nos pongamos a la altura de la comunidad que nos precede, porque las cosas llevan tiempo y necesitan voluntad política, que ahora no existe.
El anuario de estadística forestal de 2018 (publicado hace unos días) especifica que, al igual que el año anterior, el 41% de la superficie forestal está protegida por ENP, RN 2000 o por ambas figuras a la vez. La superficie protegida arbolada aumentó respecto a 2017 en algo más de 10.000 ha. En cambio la superficie desarbolada protegida permanece prácticamente igual a la del año anterior. Canarias sigue siendo la comunidad con mayor porcentaje de superficie forestal protegida, con un 60%. Además hay otras comunidades en las que más de la mitad de su superficie forestal está protegida. Estas son: Comunidad Valenciana (58%), Comunidad de Madrid (53%), La Rioja (52%), Andalucía (51%) e Islas Baleares (50%). La comunidad con menor superficie forestal protegida es Galicia, con tan solo el 15%. No se aprecian cambios reseñables en las superficies protegidas por comunidad autónoma respecto a los dos años anteriores. Si se incluyen otras figuras, además de la ENP y RN2000, Galicia pasa a ocupar la penúltima posición de todas las CC.AA.
Ha llegado el momento de exigir a las consellerías de Medio Rural y Medio Ambiente que se pongan de una vez las pilas y establezcan una política forestal en los espacios naturales acorde con las cifras de otras comunidades más atrasadas y con menor potencia forestal. Es decepcionante que la enorme biodiversidad de Galicia no sea protegida y potenciada por quienes deberían tener este objetivo como única prioridad. ARCO IRIS insta, por todo ello, a la Xunta de Galicia, a abandonar la política de escaparate forestal a la que tan aficionada se muestra y empiece a trabajar en serio y sin tanta propaganda de bambalinas para, al menos, ponernos al nivel de la media nacional en protección de los bosques en espacios naturales. Para ello, es fundamental aprobar los PRUG pendientes de los parques naturales y promover decididas políticas de repoblación en todos ellos.